lunes, 30 de marzo de 2009

HAL y mis CDs

Si tuviéramos que citar los ámbitos donde el uso de los ordenadores ha transformado nuestro paisaje cotidiano, no podríamos dejar de mencionar el de las aplicaciones de audio y, en concreto, la disponibilidad en formatos de tamaño reducido de la información que anteriormente se distribuía en CDs y que ha permitido la eclosión de los reproductores portátiles de audio, ésos que el lego conoce con el equívoco nombre de "Mp3".

HAL cuenta con un vasto equipo de colaboradores dispuestos a devorar nuestros CDs y convertir la información musical allí guardada en otra más manejable y transportable, así como para reproducirla a nuestro antojo. Durante unos días vamos a dedicarnos a descubrir alguno de ellos. No vaya a ser que luego nos recriminen que HAL está bien para las cosas de la Edad de Piedra, pero no para las innovaciones que el pegadizo ritmo del presente impone. De hecho, alguno de tales colaboradores, en particular, los que bregan en la zona más profunda e ingrata de la fábrica musical, son los auténticos responsables de que nuestras aplicaciones, también las del entorno gráfico, funcionen como lo hacen.

¿Por dónde empezar? Quizá lo primero de todo es aclararse con algunos términos y algunos conceptos en boga, que están en boca de todos y que no pocas veces se utilizan sin saber lo que significan, aunque sea aproximadamente. Los procesos implicados en el procesamiento del audio digital son complejos y es absurdo tratar de comprenderlos sin poseer un bagaje técnico y científico importante. Pero sí es posible, al menos, descender hasta un nivel de abstracción suficientemente alto como para no tener que detenerse en las minucias.

Las típicas aplicaciones para guardar el contenido de un CD de audio en la zona de almacenamiento de un dispositivo como un ordenador personal o un reproductor de audio portátil se denominan aplicaciones de ripping, palabra inglesa que popularmente se ha españolizado como "ripeo". En este proceso están implicadas normalmente varias operaciones diferentes:

  • La extracción del contenido del CD (el "ripeo" en sentido estricto).

    Este contenido, que en el CD se distribuye en bloques de datos, las conocidas "pistas" (tracks), se convierte en un formato lo más fiel posible al del propio CD, esto es, sin pérdida de datos y sin compresión. El formato habitual en la actualidad es WAV.

  • La codificación de la información extraída.

    Puesto que WAV o similares ocupan mucho espacio, se han creado sistemas (algoritmos) para comprimir la información contenida en ellos. La reducción del tamaño puede o no implicar pérdida de datos respecto del original. Cuando no hay pérdida, la reconstrucción de la información original es exacta; cuando la hay, es sólo aproximada, lo suficientemente aproximada como para que el oyente no profesional apenas perciba diferencia. Los formatos que suponen pérdida tienen la ventaja de ocupar menos espacio y por eso se han impuesto a gran escala con la llegada de los reproductores de audio portátiles. MP3 es uno de estos formatos comprimidos con pérdida de datos, pero no es ni el único ni el mejor. En el universo de HAL se deberían usar formatos abiertos y libres de patentes, como Ogg Vorbis (OGG, para abreviar), que, además y en general, se considera, de mayor calidad que MP3. En el mundo profesional, o cuando el oyente es muy exigente y goza de espacio suficiente en disco, se suelen preferir formatos comprimidos sin pérdida de datos, como FLAC.

  • El etiquetado de la información extraída y codificada.

    Sería muy pesado reconstruir la información del CD al transferir su contenido al ordenador, es decir, restablecer los títulos de las pistas, el intérprete, etc. Con ese fin se han desarrollado, entre otras opciones, bases de datos que contienen esa información y que son accesibles por Internet. Cuando la información no está disponible, el usuario puede rellenarla y enviarla al sitio web que aloja la base de datos para su recuperación posterior por parte de otros usuarios. Hoy en día, las bases de datos que utilizan los usuarios de GNU/Linux ---y deben utilizar, por razones de libertad de la licencia--- son FreeDB y MusicBrainz.


Dando por sentado que el lector va a codificar sus CDs con OGG o FLAC podemos referir algunos de los más conocidos colaboradores de HAL responsables en la actualidad de realizar las tareas antes descritas:

cdparanoia
Extracción de audio

oggenc
Codificación a formato OGG

flac
Codificación a formato FLAC

vorbiscomment
Etiquetado de ficheros OGG

metaflac
Etiquetado de ficheros FLAC

sox, vorbisgain
Otras herramientas para manipulación especializada de ficheros de audio.


No vamos a pararnos a dialogar con estos esforzados expertos, y no por falta de interés ---el autor se ha tenido que morder los labios para no hacerlo---, sino por falta de tiempo, del tiempo del lector que, seguramente, querrá entrar en materia cuanto antes de la mano de interfaces menos austeras o, si se quiere, de mecanismos de comunicación que nos permitan enviar una solicitud única para que los artesanos del sonido intervengan por turnos cuando corresponda. Estas interfaces son lo que popularmente se tiene en mente cuando se habla de aplicaciones de extracción o "ripeo" de CDs.

Tras esta introducción inicial podremos empezar a hablar con alguna de ellas. Comenzaremos por abcde (a better CD encoder = un mejor codificador de CDs) y seguiremos con crip. Eso será el próximo día.

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